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Commentary
La Nación (Costa Rica)

Lavanderías en Bagdad

Un amigo europeo, que suele viajar por el Cercano Oriente en razón de su trabajo con un organismo internacional, me hizo notar cuánto se han multiplicado en Bagdad los establecimientos de "lavandería". Desde luego se trata de las casas de cambio concentradas en Bagdad, si bien últimamente están creciendo también en zonas conflictivas poco seguras. Con este giro coincidió mi interlocutor, quien además se explayó sobre los truculentos métodos del lavado que se ingenian los clientes.

Semanas después, leí en la prensa noticias relacionadas con la plática sobre las lavanderías en Bagdad. Resulta que los oficiales de la Reserva Federal de Estados Unidos que recaban y analizan constantemente lo que sucede en Irak y sus vecinos, sobre todo en Irán y Siria, notaron un aumento dramático en la demanda de dólares en billetes por parte del Banco Central de Irak. De acuerdo con los procedimientos ya establecidos, los bancos centrales de cada país solicitan de la Reserva Federal montos de dólares en efectivo para atender sus servicios.

Desde el año pasado, estos pedidos de Irak se habían multiplicado obligando a la Reserva Federal a despachar por carga aérea fardos inmensos de dólares verdes y crujientes con destino a Bagdad.

Las autoridades de la Reserva Federal se alarmaron ante el diluvio de miles de millones de dólares que así eran fletados a Bagdad. Pensaron que quizás era algo temporal, pero aquellos millones también podían tener otro propósito: el lavado de dinero. ¡Eureka!

Los norteamericanos se dieron a analizar otros posibles destinos para este extraño raudal de "verdes" que obtenía el Banco Central iraquí. Por ejemplo, bancos de Irán para el despacho de remesas a los cuadros terroristas del Ejército Islámico (EI) y otros enemigos en esa explosiva zona. Según han señalado los voceros, en la actual coyuntura mundial los servicios militares norteamericanos deben preocuparse por el comercio de armas en tanto los cuadros financieros se ocupan de fondos que amenazan caer en manos enemigas, particularmente el concierto de militantes y radicales que ha proliferado en la región.

La Reserva Federal procedió a suspender el despacho de dólares a Bagdad y, de seguido, tras una serie interminable de reuniones de alto nivel y las promesas iraquíes de fiscalizar con mayor ahínco las incontables casas de cambio por donde transitan los dólares, los envíos se reanudaron hace poco. Esperamos con creciente curiosidad el epílogo de estos lujosos platillos cocinados en Bagdad.