SVG
Commentary
La Nación (Costa Rica)

Chávez en Mercosur

La polémica y la grandilocuencia dominaron la reciente incorporación de Venezuela al Mercosur. Posiblemente no se podía esperar otra cosa, vistos los antecedentes. La polémica se produjo porque el país andino ingresó al bloque por la ventana, no por la puerta principal. Sin embargo, esto no frenó las declaraciones altisonantes de los participantes en la movida ni las de sus adláteres, todos ajustados a la consigna de que así nacía "la quinta economía del mundo." ¿Cómo es eso?

Desde el 2006 se había firmado el protocolo de adhesión de Venezuela al Mercosur, en el cual se fijaron los requisitos y plazos para el desarrollo del proceso. Pero, el Congreso de Paraguay, país fundador del bloque, se opuso al ingreso venezolano por años, en tanto las reglas de incorporación exigen la aceptación unánime de todos los Estados parte.

Para superar ese obstáculo los íntimos de Chávez en el bloque, liderados por la argentina Cristina Fernández de Kirchner – quien no en vano recibió de Venezuela, en su momento, un crédito por $1,000 millones salvadores aunque caros–, aprovecharon la excusa que les brindó la destitución del entonces presidente Lugo por el Senado de Paraguay. El argumento de una ruptura del orden democrático en esa nación fue la excusa perfecta para que en una cumbre de jefes de Estado lo suspendieran del bloque.

Por la ventana. Habiendo sacado del "ring" al Gobierno constitucional que sucedió a Lugo, las alegres comadres del Alba aprobaron la incorporación de Venezuela. Este era el trasfondo de la gritería que levantaron Chávez y sus amigos cuando Lugo fue depuesto. Tal vez no sea casualidad que hace ya un buen rato predomina el silencio en ese tema.

Con todo, incluso en esas circunstancias, no pudieron evitar dejar en evidencia el atropello de las reglas más básicas del Mercosur. Y el culpable no fue otro que el propio Chávez, pues resulta que la propia Venezuela aún no ha ratificado el Tratado de Asunción y el Protocolo de Ouro Preto, pilares fundamentales de toda la edificación del bloque regional y su organización institucional. Es decir, Venezuela resultó ser miembro de un club comercial sin haber aprobado el convenio que le dio origen ni las reglas básicas para su accionar.

Podría pensarse que estos trucos son poca cosa frente a la ganancia que puede representar la incorporación venezolana al Mercosur, en términos de intercambio comercial y estímulo para el crecimiento económico. Pero, estadísticas del Banco Interamericano de Desarrollo demuestran una débil vinculación entre el Mercosur y la economía venezolana. Así, del total importado por el bloque en 2011 ($316.000 millones), solo el 0,7% ($2.000 millones) provino de Venezuela, lo cual es evidentemente bajo, y eso que la mayor parte correspondió a combustibles y aceites minerales. Entretanto, las exportaciones del Mercosur a Venezuela fueron menos del 2% del total vendido por ese bloque en el exterior, siendo la mayor parte alimentos y maquinarias.

¿Y qué hay de la posibilidad de que la incorporación al bloque dispare el intercambio? Lo cierto del caso es que, según el diario brasileño O Globo, pese a los altisonantes compromisos en pro del libre comercio, Venezuela ingresa con al menos 800 ítemes que estarán excluidos del intercambio con los demás países, entre los que figuran autopartes, automóviles, petroquímicos y electrónicos. Eso limitará las posibilidades de aumentar el intercambio comercial.

Retrocesos del Mercosur. De hecho, datos de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) indican que las exportaciones entre los miembros del Mercosur, que representaban el 25% del total exportado por el bloque en 1998, cayeron a 15,2 % en el 2011. De modo que el comercio de los países miembros del Mercosur ha crecido más hacia afuera que entre ellos, pese al supuesto trato preferencial entre estas economías vecinas.

A esto contribuyeron los altos precios mundiales de materias primas, pero buena parte se debe a nuevas trabas comerciales entre los socios del Mercosur. Argentina tiene una creciente lista de productos extranjeros que requieren licencias no automáticas (léase, trabas) para ingresar, y no exoneró a los miembros del Mercosur, bloqueando en efecto importaciones procedentes del mismo Mercosur. Brasil respondió bloqueando la importación automática de varios productos argentinos, por lo que se calcula que el comercio entre ambos caerá cerca de 10% este año.

A este respecto, la agencia Reuters informó que Argentina y Brasil, las economías grandes del bloque, aumentaron los aranceles en al menos 200 productos en las últimas semanas. Esto debilita aún más la unión aduanera y el bloque en general porque, en aras de proteger industrias locales, abandonaron impuestos a la importación del 10-12% para pasar hasta al 35%. Esto es un claro retroceso del proceso de integración comercial entre los miembros, que podría significar un camino sin retorno ante circunstancias apremiantes de balanza de pagos o fiscales.

Todo lo anterior muestra la distancia entre los vaticinios grandilocuentes por la incorporación venezolana al Mercosur y la realidad de la acción diaria en materia comercial y de competitividad. Muchos analistas temen que el Mercosur podría estarse convirtiendo en un mero club político de líderes de izquierda, que anhelan mayor resonancia de su ideología por encima de los objetivos iniciales de promoción del comercio, la inversión y la competitividad. Esperemos que los dirigentes no cometan ese grave error que perjudica, sobre todo, a sus pueblos.